viernes, 16 de septiembre de 2011

A drop in the ocean

Es un poco rara la sensación, un poco tonta si se quiere. Esa sensación de mariposas revoloteando por mi vientre, las ganas de reir. Esas sonrisas sin propósito que se desprenden de mis labios, mis ojos vidriosos. Mis sentimientos a flor de piel. Las ganas de que ese momento no termine nunca, de retroceder, de volver a reproducir ese instante.

Sí.... no digo que sea normal lo que digo, tampoco que sea raro, pero entre nos, todavía me sorprende que una temporada nueva de The Vampire Diaries pueda hacer esto...


Segundo capítulo te espero con ansias!

Luz

Miró fijo al cielo. Se percató de la existencia de una estrella tan brillante que por un instante el rayo de luz quedó impregnado en sus retinas. No podía dejar de verla, estaba encandilada. Por alguna extraña razón se sentía feliz. Estaba sola, sola con la soledad. El frío viento intentaba hacerla pestañar, obligarla a abandonar aquel extasis de felicidad, despertarla de un sueño que todavía no la había inducido. La estrella se movía, ella quería seguirla. Sus brazos sujetaban con fuerza al aire, que se escurría de sus manos. No quería que pasara el tiempo. Quería quedar asi durante toda la eternidad. Una voz le susurró en la mente. Le dijo que pidiera un deseo. La joven pidió que las manecillas del reloj dejaran de moverse. La voz cumplió su cometido.

El tiempo no pasaba para la niña, pero si lo hacía para la estrella anciana. Cuando esta se quedó sin fuerzas y se apago su intermitente luz, la niña quedó sumida en una oscuridad que la indujo al sueño y por primera vez pudo volver a soñar. Soñar en una estrella que aquella noche se había extinguido..

pd: no, no estaba borracha cuando escribí esto.