Por un momento mi cuerpo consumió toda mi energía. Se la apoderó por completo.Mi ser estaba cansado, exhausto. Ya no podía ni moverme. Trataba buscar fuerzas por los recónditos lugares de mi organismo, mas así encontré solo fatiga. Más fatiga. Mas cansancio. Tenía sed. La garganta me picaba. Mis pulmones estaban cansados de tanto respirar que por un instante creí que dejaría de hacerlo... Quería que todo se acabara. Terminar mi tarea. Conté los pasos, los segundos, las vueltas. El movimiento de mis piernas ya me parecía sistemático. Quería dejar de pensar. Concentrarme en terminar. Eso quería,
quería terminar.
Luego de 17 minutos, mostré una sonrisa, algo débil. Me encaminé hacia la profesora que descansaba plácidamente en un rincón contra la pared (que envidia le tenía!):
PROFESORA, TERMINE LAS 7 VUELTAS !
Sí, la tortura había finalizado !