Hoy conocí otro mundo. Mejor dicho hoy sentí otro mundo. Un mundo traparente pero que a la lejanía se ve azul como un cielo sin nubes. Que me acarició con sus intangibles y tibias manos el rostro, los brazos, me cosquillo los dedos del pies. Sin embargo mi respiración no cesó... seguí sintiendo el ritmo de mis pulmones y observé como lo que habia pasado una vez por dentro mio ahora se transformaba en gordas burbujas que salían de mi boca, me rozaban las mejillas y se iban a la superficie, una vez, otra vez, otra vez. Seguí disfrutando de mi estadía en aquella tierra tan cercana pero tan poco conocida. Dieron las cinco y me tuve que convertir en burbuja y salir del agua. Ya quería volver a ese otro mundo, que no tenía peces de colores ni corales extravagantes, que solo era agua en cuatro paredes pero que para mi había significado la llave a un nuevo universo que prontamente he de conocer.