Ganas acusadoras me sacuden el cuerpo.
Ganas que tengo cada vez que lo veo, cada vez que lo pienso con su pefume a fresas y su cabello claro.
Sigo volando por mi imaginacion hasta llegar a una puerta.
Una puerta que me recuerda que ya es hora de volver a la realidad, MI REALIDAD.
A esta puerta le falta picaporte, ¿seré que he renunciado a una realidad de fracasos por estar a su lado? ¿Como saber que es lo correcto cuando no se tienen alternativas? ¿Como un mudo puede gritar ayuda?¿Como un ciego puede elegir el camino?
No lo se, pero algo tentador me llama. Me tomo unos segundos. Lo pienso. Me doy media vuelta y veo alejarse detrás de mi una puerta sin picaporte.