martes, 6 de diciembre de 2011

Horizonte

Atardecer. Su tez pálida se tornaba rojiza. Su mirada estaba cautiva en el horizonte. Una lágrima negra rodeaba su mejilla, se escurría en su cuello, caía al vacio. Ahora empezaba a soplar el viento, ella temblaba, mas asi no se inmutaba. Parecía estar esperando a alguien. Estar a la espera de un retorno cuya despedida no había sido planeada. Cuyo adiós nunca había sido pronunciado. Un retorno que parecía imposible, pero asi y todo, allí estaba ella, mirando el horizonte...