Si se fue, si volvió. No le importa, no lo tiene. O tal vez si, pero de una manera diferente, de una manera que no le gusta porque ya no la mira con esos ojos de perro mojado incitándole al robo de un beso. Ahora él es flor de otra primavera y ella, ella sigue siendo ella. Bueno, tal vez ahora sonríe un poco más, tal vez porque este feliz, feliz sin saber porque, porque a él ya no lo tiene más. Su príncipe se escapó a otro cuento y ahora vive en otro castillo. Otro cuento en el que ella es cenicienta, ella es su propia desgracia, ella es mugre y brillo. Ella es su final, un final en el que la parte de 'feliz' esta de más.
viernes, 21 de septiembre de 2012
La estrella en el tejado
La vista de la ciudad funcionaba como un gran abrigo. Las luces dilataban sus pupilas al punto de volverlas estrellas negras. Negras como el cielo que le cubría las sienes. Negras como su cabello. De fondo, se escucha un violín que suena al compás de la cálida brisa nocturna que le acaricia los pómulos y revuelve su pollera y sus ideas. Recuerda sus promesas incumplidas, los sueños que dejó atrás para cumplir nuevos, a sus amigos que están lejos. Esboza en su mente las siluetas de sus dos padres quienes la abandonaron precipitadamente; no estaban, pero los sentía cercanos. No puede evitar llorar. Se recuesta sobre el tejado y la estrella más brillante de todas capta su atención. La mira por una cuestión de uno, dos, tres segundos y la estrella desaparece «Que inútil que es la existencia que vacia la ausencia» Lo piensa mejor y decide no hacerlo. Dispuesta a abandonar su escondite secreto, camina por las tejas intentando llegar a la ventana. Un paso en falso y su destino permanece inalterable. Un paso en falso y la ciudad de la gran torre como escenario. Un paso en falso y otra estrella de otra galaxia, en tres segundos, se ha extinguido.
miércoles, 19 de septiembre de 2012
Lúser
Se desgajó en lágrimas. Gordas gotas negras que bordeaban su mejilla, se escurrían por su rostro. Gotas suicidas que saltaban de un precipicio y se esparcían amorfas por toda la extensión de su cuello. Esperó hasta ahogarse en su propio mar de angustia, para agarrar una servilleta y secar su rostro. Ahora grita y espera la respuesta de quien quiera que pueda oirla: ¿Porqué me mirás asi? ¿Sigo sin ser lo que esperas? Del otro lado llega una mirada a modo de respuesta. Ella le mira como si no le importara a través de su húmeda mirada. Pero ahora se calma. Cierra el caudaloso río que nace en sus ojos y sonríe. Se da cuenta que la vida continua. Sonríe por segunda vez recordando que, después de todo el que perdió en este tonto juego, no fue ella sino él.
Revés
Quizás no todo es como lo imaginamos, no es como lo vemos. Tal vez el cielo es rosa y las nubes amarillas. Tal vez el dolor es gratificante y por eso herimos a los demás. Quizás lo lindo no es agradable a la vista y por eso, dicen, la belleza esta en el interior. Sería muy fantasioso decir que vivimos en el mundo del revés y tal vez sería una mentira decir que no. ¿Alguna vez pensaste que es el silencio? ¿es la ausencia de sonido? y ¿que es el sonido? Tal vez el silencio grita pero nosotros no lo oímos. O probablemente lo hayamos oído alguna vez. Quizas sollozó y ahora solo susurra a nuestros oídos. Lo omitimos, por que tal vez ese silencio nos diga que esta bien o que esta mal. Tal vez ese sonido nos revele la verdad, pero entonces ¿qué es la verdad? La verdad es lo que muchos piden y pocos dan. La verdad no existe porque cuando la escuchamos hacemos caso omiso de ella. Todo lo que nos rodea son verdades, están ahí, se hacen notar pero nuestro egoísmo nos hace centrarnos en sólo nosotros mismos.. ¿y que somos nosotros? simple, nosotros somos una mentira. Somos una gran mentira.
sábado, 1 de septiembre de 2012
Y...no. Si me preguntas eso te voy a responder que no. A lo mejor no te responda. Simplemente me voy a hacer la difícil, juguetear con mis pestañas y reirme como boba para quedar como una chica simpática de final de película barata. Tal vez incluso espere que en el medio de la calle, estando solos los dos, empiece a llover y que vos hagas uno de esos chistes absurdos que siempre me hacen gracia. O a lo mejor no espere nada, porque vos no existís y porque la pregunta tampoco. Porque los sueños no se hacen realidad y por que las expectativas se rompen delante nuestro. Porque la pregunta que soñé que me hacías era si te quería. Porque respondía que no... que no te quería, que te amaba.
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